>> From the Library of Congress in Washington D.C. ^M00:00:04 ^M00:00:17 >> Talia Guzman-Gonzalez: Bueno, muy buenas tardes, y bienvenidos a la XXVI Edición del Maratón de Poesía del Teatro de la Luna. En nombre de Georgette Dorn, directora de la División Hispánica de la Biblioteca del Congreso, es un honor para mí recibir este grupo de poetas, aquí en la biblioteca, especialmente a Rei Berroa quien será nuestro moderador del evento de hoy y podrá ofrecerle más información acerca de esta tradición literaria de Washington D.C. que es el Maratón de Poesía, Poetry Marathon. No quiero dejarlos sin antes invitarlos a pasar por la División Hispánica que está localizada en la Sala 240 del Edificio Jefferson. La división es el portal a nuestra colección de más de 12 millones de ítems en la biblioteca que tienen que ver con todos nuestros países y otros países de América Latina, con España, Portugal y latinos en Estados Unidos. Los invito además a que escuchen grabaciones de autores leyendo sus propias obras en el archivo de la palabra, que desde 1943 ha capturado más de 750 autores, leyendo su obra. Entonces es una joya que se trabaja aquí en la división. Los dejo sin más, con Rei Berroa, que va a moderar el evento y nuestros mejores deseos para un maratón exitoso. ^M00:01:47 [ Aplausos ] ^M00:01:52 ^M00:01:58 >> Rei Berroa: Buenas tardes, buenas tardes. Llevamos 26 años haciendo esta fiesta y yo me imagino que ustedes se estarán preguntando, "pero 26 años, eso no es nada", como diría Gardel. Claro, porque él se murió a los 40, [risas], entonces claro, no tiene la opción de tener la variedad. De estos 26 años, llevamos 17 viniendo a la Biblioteca del Congreso. No está presente Georgette Dorn, ahora que se nos jubila la semana que viene. Desafortunadamente, yo tengo que ser jurado en una tesis de doctorado, en la República Dominicana la semana que viene y no voy a estar presente en esto, pero mis amadas compañeras de la biblioteca van a estar en la compañía de Georgette, y yo me imagino que yo estaré presente de otra manera, como hablábamos hace un rato, en la fiesta de los muertos de México que se prepara el altar, se pone la comida que esa persona amaba y todos celebran no sólo la memoria, sino la presencia de ese ser. Yo voy a estar presente en la celebración de la partida de Georgette. Que ha estado siempre, ha sido siempre muy entusiasta con este evento, con este encuentro para el cual es una de las cosas que yo siempre le digo a todo el mundo, el Maratón de Poesía se hace en el Teatro de la Luna y en la Biblioteca del Congreso. Y evidentemente, el Teatro de la Luna es un referente porque ya llevamos desde 1991, cuando comenzamos con el teatro, pero el hecho de poder traer a los poetas acá, es un motivo muy especial para nosotros que yo espero que podamos seguir haciendo mientras tengamos aliento. Porque los seres se dividen en animados y desanimados, [risas]. Y estos que estamos aquí no tenemos ningún deseo de andar o entrar en el desánimo. Así que -- y esto va pa' largo, ¿eh? Porque como decía nuestro amigo Nicanor Parra, "no me voy a morir mientras no me den el Premio Nobel", [risas]. Nosotros no tenemos esa pretensión, pero sí decimos, mientras tengamos algo que decir, vamos a venir a decirlo. Y esta es la promesa que yo me hago todos los años cuando al terminar el maratón quedas explotado, y dices "pero ¿por qué yo estoy haciendo eso?", y después recuerdas cada una de las caras, y recuerdas los poemas y recuerdas las experiencias, y dices, "esto no tiene ningún precio". El precio es la experiencia de la poesía y la experiencia de la poesía, como dicen los poetas es la de un viaje constante. En la vida lo más importante es viajar, y el viaje es el viaje al cual nos traen cada uno de estos hombres y mujeres. Desafortunadamente este año solamente tenemos una mujer, las otras compañeras que fueron invitadas no pudieron venir o en último momento se echaron, pero como ustedes saben, Yanet es testigo de esto, mi interés es que siempre haya un equilibrio, porque si somos hombres y mujeres no tiene por qué haber diez hombres y una mujer, ocho hombres y una mujer, tiene que ser siempre, cuatro y cuatro, tres y tres, y si no las encuentras tienes que seguir buscando, para que haya un equilibrio. Y además, como yo les digo siempre a mis alumnos, cuando hay más mujeres que hombres, debemos utilizar el femenino, cuando hay más hombres que mujeres, utilizamos el masculino, y no utilizar al varón como la medida de las cosas. La medida de todas las cosas es todos nosotros, el género humano, es la poesía. Y vamos a comenzar por ahí. Yo estaba esperando que iba a tener aquí, no lo traje el -- ¡oh!, déjeme decirle algo que normalmente, normalmente tenemos el libro de la maratón preparado para cuando se hace el maratón, este año porque yo he aceptado un puesto, extraordinario por un lado y terrible por otro, de jefe del departamento en George Mason University. George Mason, no como me dijeron, una chica publicó un artículo en Rumanía, diciendo que yo enseñaba en Goerge Manson University, [risas]. Y le escribí que, obviamente, no le íbamos hacer ningún homenaje a George Manson, y se sintió muy mal, yo le dije "no te preocupes, otros crímenes ha habido mucho más terribles que este", [risas]. Pero uno tiene que estar abierto también a reírse de uno mismo que es el ejercicio. La risa, la risa, corrige la vida, la poesía la corrige y la eleva, y eso es lo que venimos nosotros a celebrar acá. Entonces, teniendo en cuenta que -- que esta grabación se está haciendo, y que es importante que la gente que vaya a ver sepa quién es la persona que va a comenzar, les voy a recomendar que cuando ustedes lleguen la primera vez, digan su nombre y el país de donde vienen, y después ya hagan las lecturas. Una vez que se repitan las lecturas no tienen que volver a decir lo mismo, porque en la grabación va a constar que usted se llama Pedro Larrea y que viene de España, o Manuel Iris, etcétera, OK? Y como vamos hacer esto, vamos a invitar a los poetas y vamos a leer dos poemas en la primera ronda. Vamos hacer una ronda. Ustedes vienen se paran aquí, dicen su nombre y de qué país son, y después leen dos poemas. Y después viene la segunda persona, y luego la tercera, y luego la cuarta. ¿Eh?, una vez que terminemos esa primera ronda, yo voy a determinar si vamos hacer una ronda de un poema más, y después vamos a entrar en la discusión que hacemos todos los años, sobre ¿por qué estamos aquí?, ¿cuál es la función de la poesía en la vida?, especialmente en estos momentos de la historia de nuestro país y del mundo en que parece que la verdad ya no tiene lugar en la tierra, y por eso el título del libro de este año, es "Viva es la voz de la verdad", que es un verso de una de las poetas a quien celebramos este año, Aída Cartagena Portalín, una extraordinaria escritora dominicana, grandísima poeta. ^M00:10:08 Y se celebra también el centenario, junto con el centenario de Aída, del poeta español Leopoldo de Luis, otro poeta a quién yo tengo un grandísimo aprecio, porque a través de -- la obra poética completa, la obra poética de Miguel Hernández que él publicó con su hijo Jorge Urrutia en 1975, fue que yo me aproximé a Miguel Hernández que es el poeta que me ha dado de comer, porque es el poeta sobre el cual yo escribí mi tesis de doctorado. Quiere decir que a él le debo mi carro, mi casa, mi trabajo y encima a mi mujer, y ahora, [risas], y ahora a todos ustedes. Gracias por estar aquí, gracias Talia, gracias colegas de la Biblioteca del Congreso y gracias compañeros de la experiencia de estar vivos, por aprovechar este momento a venir a llenarse de poesía. Y quiero poner como ejemplo a un poeta que estuvo aquí hace dos años, Tomás Modesto Galán, que nos dijo "necesito recurrir otra vez a la verdad de la palabra poética, abandono Nueva York y estaré en Washington con los poetas". Muchas gracias Tomás. ^M00:11:36 [ Aplausos ] ^M00:11:41 ^M00:11:42 Vamos hacer una cosa, vamos a comenzar así mismo, OK? Plinio, Carlos, Manuel, Jorge, Pedro y Milagros, ¿qué les parece? He traído del libro del año antepasado; el libro del año pasado, que lo tengo ahí, lo voy a enseñar después; y otros textos, pues, para que simplemente ustedes lo vean. Plinio. ^M00:12:08 ^M00:12:15 >> Plinio Chahín: ¿Qué tal? Muchas gracias, buenas noches. Plinio Chahín de Santo Domingo. Dos poemas, voy a leer un poema -- >> Rei Berroa: ¿Santo Domingo, España? >> Plinio Chahín: [Risas], Santo Domingo de Neiba Yor [fonético]. Santo Domingo, República Dominicana. Hay una ciudad que se llama Neiba, entonces, Neiba Yor. Se llama "Noche", no suelo titular los poemas, pero este poema fue como una especie de arrebato, una noche, [risas]. ¡Sí!, Rei, [risas], me desperté con un insomnio terrible, no podía dormir, y el poema me salió así mismo, no le corregí nada absolutamente, no había bebido nada señores, [risa], por eso fue un arrebato. "Entré cuanto más apresurado pude salir, pues a la entrada me advirtieron que salía cuando yo pensé, soñaba. Si salí fue porque aquella noche el crepúsculo fue ventana por donde salí, ¿o acaso entré?, a jugar en ella, en esos rincones donde rara vez se presenta la razón. Los anónimos los amas tú, retozan la mirada ahora en nosotros que pasamos juntos, en los ojos de los otros que son nuestro, objeto feliz de este absurdo tan lógico pero inefable, que por novísima vez supuse sería esta la última, pero en verdad fue la primera noche en que la vi, la deseé allí, en los ojos, y todo resultó inefable, inverosímil pero tangible e inmaterial. Condición del ser en la conciencia del otro y la imagen misma, producto de Safo bailando el sofisma del sueño, en los párpados meniáticos de un poeta, amor de maniquí, maniático en Safo, arlequín de adoración del mí mismo, donde ahora la amo". Gracias. ^M00:14:43 [ Aplausos ] ^M00:14:49 Fue un simple sueño romántico, no era malos pensamientos, [risas]. Entonces, este poema, dice un poeta dominicano, este poema estaba tirado por el suelo. Resulta que este poema, desgraciadamente yo no sé inglés, eso es -- aunque no por falta de aplicación, [risas], estudié diez niveles y nunca logré aprenderlo. Entonces, ya ustedes pueden saber. Oyendo un día a T.S. Eliot, un amigo tiene un disco de T.S. Eliot en inglés, el ritmo me sedujo, me embrujó; y oyendo el ritmo escribí este poema, así mismo, sin corregir, yo estoy hablando de estos poemas, cuando yo tenía 24 años. "Sin convicción no hay principio ni final, error que recordar cuando el otro no lastima la existencia, desde residuo inmóvil de lo que aprendimos siempre, y nunca olvidamos de memoria. Así lo dijo Buda, 'ama al otro en su necesidad primordial, mas no lo juzgue en su agonía. Reposa tus manos sobre él como el fruto apetecido por el Dios deseoso de solemnidad. Pues, ¿qué culpa tiene el que nunca existió, y sin embargo le duele la vida?'" Gracias. ^M00:16:27 [ Aplausos ] ^M00:16:34 ^M00:16:38 >> Rei Berroa: Para facilitar esto, vamos a aplaudir cuando el poeta termina su segundo poema, hacemos un poema, y después le aplaudimos, porque hay siempre que celebrar la poesía. >> Carlos Velásquez Torres: Buenas tardes, yo soy Carlos Velásquez Torres de Colombia, OK. Este poema que voy a leer tiene por título "AUC", es la sigla de lo que en su tiempo se llamó Autodefensas Unidas de Colombia, el grupo paramilitar que causó tantas masacres y muertes y dolor en Colombia. "AUC. Será la sangre más fértil, que la hierba en el desierto, plagado de ruinas y de tumbas. Los crucifijos son pasto de ganados, enajenados por el dolor que escapó como alarido, de las gargantas desgarradas por el inmundo hierro de los esbirros. ¿Quién será la peste que nos libre del suplicio, de la blasfemia, de la mentira a gritos, que proclama certidumbres tan alocadas como el fragor de los traidores en la tumba de los caídos, aun cuando la vergüenza huye aterrada por los campos? Miles de extravíos se regodean, pero las puertas de emergencia han sido clausuradas para evitar una estampida. ¿Habrá más obscenidad que presenciar impávidos el acto del payaso sangriento que nos aterró en la infancia. El grotesco de la muerte cínico se posa a nuestra diestra y su carcajada hiela la sangre del más temerario? ¡Oh! Corazón, ¿cómo he de evitar que la agonía yazca ridícula en la feria estruendosa de mi cobardía, y las palabras como ruedas locas siquiera perturben la insolencia? He de abandonar mi voz o lo que me queda de vida, y que se disloque aún más el estupor y la metralla, el horizonte, la mirada y yo en medio del infierno". ^M00:18:58 [ Pasando hojas de papel ] ^M00:19:07 Muy bien, este segundo poema, es el poema que dio título a uno de mis poemarios, "Es de tontos el regreso", yo se lo escribí a un amigo, que no sé, la mayoría lo conocen, por lo menos los poetas, Carlos Aguasaco, en Nueva York. Cuando Carlos emigró, con Carlos estudiamos juntos en la universidad, los dos estudiamos literatura, y Carlos emigró, y yo vi que Carlos se fue y se fue, y yo me quedé, y el poema tiene como título "Es de tontos el regreso". OK. "Las cenizas de tu linaje fueron barridas por una tormenta colosal como la muerte, y ese dolor te acompañará más allá de tu memoria. ¿Qué de lo tuyo quedó en la espera?, no habrá juicio eterno que devuelva los cimientos que la tibieza de tu saga sembró algún día, ya ha acabado todo y si regresas no será al solar de juegos, ni a la morada que hubo de guardar los aromas de tu infancia. ^M00:20:17 Es de tontos el regreso, cuando el camino fue borrado y la tarde tiene el plomo fincado en el horizonte y ya no será más. Deja que tus latidos busquen el eco en la lejanía, pues no hay sitio que te espere y el compás del mundo enloquece con el clamor de ausencias que los muertos aúllan en las noches. No has de regresar ni siquiera, has de repetir la travesía que hubo de borrar las huellas, sin despedida, la encrucijada se plantó a tu espalda, cuando la sangre abrió la brecha de tu sendero. Es de tontos fingir el regreso, cuando el deseo se ha peleado con la nostalgia, deja tu camino y no te detengas, que muchos tontos hemos de verte aún en la lejanía". Gracias. ^M00:21:07 [ Aplausos ] ^M00:21:16 ^M00:21:22 >> Manuel Iris: Hola, ¿qué tal? Mi nombre es Manuel Iris y tengo el raro privilegio de representar hoy a un país y a una ciudad. El país es México, y desde hace más o menos dos meses la ciudad de Cincinnati me nombró el poeta laureado de la ciudad. [Aplausos], entonces, una cosa muy rara. Y voy a leer dos poemas que hablan precisamente de la situación de estar en dos sitios, de siempre estar en otra parte, como estamos los migrantes. El primero se llama "Soy de aquí". "Uno es de los sitios a los que ha llegado, del idioma en el que no puede soñar y un día sucede, y se despierta preguntándose cuál es su casa ahora, cuando siempre hay corazón en otra parte. Uno proviene de las calles que ya nunca son las mismas al volver, proviene del momento en el que decidió partir y de ese otro en el que entiende que todo se aleja. Que es imposible quedarse, aunque te quedes. Que es imposible, aunque regreses, regresar. Escribo un verso que es como una despedida y lo señalo: soy de aquí". ^M00:22:45 [ Pasando hojas de papel ] ^M00:22:51 El otro poema no tiene título y habla de una llamada por teléfono con mi madre. "Mi madre mira su ventana y dice, "llueve". Miro afuera realmente está lloviendo dice, cuando niño te buscabas charcos para ver las nubes, abro mi ventana y todo huele como a sabor de jícama, colgamos el teléfono salimos a la puerta y sonreímos como si viéramos la misma lluvia". Gracias. ^M00:23:24 [ Aplausos ] ^M00:23:34 ^M00:23:42 >> Jorge Galán: Hola, buenas tardes, soy Jorge Galán de El Salvador. Voy a leer un solo poema, porque es un poco extenso. Y quiero explicarlo, ¿no?, el título es "El chico de la Cruz Verde". La Cruz Verde es como la Cruz Roja, es lo mismo, ¿no? Entonces, cuando yo estaba escribiendo un libro que se llama "Medianoche del mundo", leí la noticia de un muchacho que había sido acribillado por las pandillas. En mi país, El Salvador, quizás ustedes sabrán, que es uno de los países más peligrosos del mundo, tenemos un problema de violencia muy fuerte. Y la historia de este muchacho era que, él vivía en una zona peligrosa y había entrado a la Cruz Verde como una manera de alejarse de todo lo violento, ¿no?, pero le fue imposible. Y me conmovió mucho el hecho de que le hubiera sido imposible, como le es a la mayoría de jóvenes de mi país alejarse de la violencia, así que escribí este poema. ^M00:24:42 ^M00:24:46 "Querías escapar a través de un camino que no existe. Tus pequeños pies del tamaño de puñados de abejas muertas querían saltar sobre los charcos, o hacer equilibrio sobre el reflejo de una cuerda, pero caíste y tu cuerpo avanzó hasta tu sombra para llenarla como una pila bautismal con agua bendita. Fogatas frescas fueron las frases que gritaste mientras caías, agua encendida sobre siete penumbras. Todos sabemos que vestías de verde, que sobre el corazón alguien te había cosido una cruz blanca, que ibas con otros como tú recogiendo los muertos como los pescadores recolectan peces inusitados, que entraste en la claridad del día en lugar de la oscuridad bajo la cama, que viste un aliento terrible convertirse en tornado y luego en grito pero que seguiste de pie incluso un instante después del último disparo. Y que sigues de pie para todos nosotros. Sé que te acribillaron al final de la tarde. Y sé también que era un juego de niños, que fueron otros niños los que te dispararon, y que te conocían puesto que te llamaron por tu nombre. Y sé la calle en donde sucedió, y sé el tamaño del horizonte implacable bajo el que aún persistes. Los tiovivos no saben girar más. Todas las madres menos una se han tornado un sollozo. Todas envejecieron menos esa mujer cuyo lenguaje se ha vuelto una lluvia de marzo, una nube de cuervos se volvió su silueta. 14 aves de mal agüero cantaron en la despiadada rama que el viejo viento elude, esa rama que solo florece en el invierno. Niño más grande que la plegaria en que persistes, se ha secado el mar sobre tu pupila aún abierta, se han quebrado las sillas de la cena de tus 15 años, y de tus 16 y de tus 20, los bosques se han derrumbado sobre sus troncos, y todo ha callado un minuto terrible, los rostros han caído como el hacha de piedra sobre el cuello de la gacela, y se ha acabado el día. Siete balas como siete maldiciones, como siete tornados súbitos asaltaron tu cuerpo. Siete leonas grises para una sola presa. Y derrotaron tu hermosa voluntad. Y hablaron al oído de cada uno de nosotros para decirnos la verdad sobre todas las cosas, para advertirnos que estamos solos otra vez y mostrarnos el final de un camino que no comienza nunca". Gracias. ^M00:27:12 [ Aplausos ] ^M00:27:21 ^M00:27:30 >> Pedro Larrea Rubio: Buenas tardes, me llamo Pedro Larrea, soy español, originario de Madrid y adoptivo de Virginia, Estado Unidos. Hoy en la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos, quiero dedicar esta lectura a Engracia Mariscal, una persona a quien conocí en una nueva orilla libre del corazón. ^M00:27:53 ^M00:27:58 "Cuando mueves las manos me enseñas a blandir tulipanes. Esa dosis de armisticio que propagan tus uñas, es una escuela de cómo domar dromedarios. Quiero dibujar tus dedos pero ya están trazados por delfines o por la lluvia que espolvorea semillas de yuca sobre el jardín salvaje de un llanto incomprendido. Cuando mueves las manos combates el hambre y te reconozco en tu postura de ninja durmiente, de húsar que ofrece su espada a un sintecho. Eres una valkiria que toca una tuba oxidada en la terraza de un sórdido rascacielos. Aunque alimentan, nadie sabe entender tus yemas todavía. Cuando mueves las manos entran en ritmo las sonrisas de toda una ciudad en donde importan. Tienes algo indescriptible en los nudillos, algo así como bongos olvidados en la jungla pero más profundo: quizá el cuero de una darbuca abisal. Hay artefactos que no comprendo sin que tú los hagas música. De pronto tus manos no se mueven. Sé que descansas, que ahora no vas a crear más dulces conflictos y que después atenderás a los quiromantes. Mientras, yo vigilo tus guantes y difundo tu sueño. Cuando no mueves las manos petrificas koalas. Te esperaré batiendo palmas y forjando anillos". ^M00:29:24 ^M00:29:35 "No hay nada como verter un cubilite de azahar sobre tu blusa, abrirte el balcón y anunciarte que aún no ha llegado el correo de las islas. No hay nada como hacerte ver que un nómada te sostiene la sombrilla cuando vas a remojarte los pies a la charca con luna. No hay nada como tener celos de un vestido. No hay nada como escoltarte a la bañera y abrirte el tarro de sales y algas. Nada como alcanzarte la toalla que ayer te plancharon las sirenas chipriotas. ^M00:30:05 No hay nada como tenderte una mano y que la tomes. No hay nada como cerrar los ojos y verte. No. No hay nada que nos falte, nada que se nos olvidara en la costa. No hay nada como ensartar todo lo nuestro en un collar de minutos para el cuello de la esfinge, nada como un vaso de zumo de nuestro tiempo. No hay nada que se resista a nuestra doble soledad en punto. Sí lo hay. Hay pensar que en el solsticio de mañana nos habremos olvidado de acordarnos, y que a partir de esta noche faltarán constelaciones para que no sepamos reinventar la madrugada". Gracias. ^M00:30:47 [ Aplausos ] ^M00:30:55 ^M00:31:02 >> Milagros Terán: Buenas tardes, me llamo Milagros Terán, y soy de Nicaragua. Por lo general siempre leo de blanco, pero hoy estoy de negro porque estoy de luto, por la situación de mi país, de Nicaragua. Hoy ya son 137 los muertos, los estudiantes nicaragüenses que han sido masacrados por el régimen de Daniel Ortega y su Vicepresidenta Rosario Morillo. Voy a leer hoy de mi primer poemario, son poemas que hice en las décadas de los 20, porque es como siente mi corazón hoy. "Invitación al canto. Que los días oscuros no me dobleguen, no puedan conmigo las trampas bajo los cocoteros, que el horror de las noches, el olor a sudor y heces, no distraiga el paso del regocijo. Vengan garzas, a beber en mis pozas profundas de vitrinas, vengan a cantar todas las musas alborotadas de soledad, llenen de fotos los rincones, se amontonen bajo los cocoteros, a ahuyentar este tiempo banal, tiempo de muertos". "Adiós a Sarayevo [fonético]. La puesta en marcha, el bautismo de fuego, el adiós a Sarayevo, la mochila sucia a ras del piso, bajo el asiento del autobús, la humedad de sus manos, adherida a la ventanilla fría como el alma -- no veo --. Real como la guerra, sucia como el pecado y su impotencia, sin colores alegres, sólo el gris de los ojos y el verde de los uniformes. Otra vez la impotencia, la frustración, el desapacible rechinar de dientes, las fotos de lo que fue mi ciudad infantil, la que ya nadie podrá devolverme, los discursos vacíos y el autobús rodando sobre el fango, dejando atrás las voces fantasmagóricas, el miedo a las trincheras, la lumbre del hogar, el bautismo de fuego, la tormenta". [Aplausos]. >> Plinio Chahín: Bueno yo pensé que Modesto [inaudible] iba a leer. Disculpa un momento. Voy a leer dos poemitas breves. >> Rei Berroa: [Inaudible] dos poemas breves ahora y luego hacemos la discusión [inaudible]. >> Plinio Chahín: Sí. Hay un poeta, murió ya, que yo tuve la dicha de conocer y tratar varias veces, junto a un amigo poeta dominicano que ha venido aquí varias veces, José Mármol, Roberto Guarro. Y, bueno, un poco influido por esa poesía, ontológica, vamos a decir, existencial, escribí estos textos, un grupo de textos. "Tantísimo rostro hay como uno lo recuerda a todos, ninguno puede haber como el que ha existido siempre, aunque yo jamás he visto uno, todo parecido es imposible". Y este otro, bajo la influencia de esa poesía vertical. "Los que no se han encontrado aún, están eternamente juntos, aunque se conozcan, como si nunca hubiesen existido, pues jamás olvida, quien ha olvidado siempre". Gracias. ^M00:35:36 [ Aplausos ] ^M00:35:41 ^M00:35:45 >> Carlos Velásquez Torres: Bueno, voy a buscar aquí algo breve, [pasando hojas de papel]. [Inaudible]. Estoy buscando algo breve. >> Rei Berroa: [Inaudible] no importa [inaudible]. >> Carlos Velásquez Torres: Ya va un segundito, se me perdió. Siempre me pasa. Bueno, vamos a -- este que es el primero que aparece. "Amanecer. Sigue gastando tu tiempo al esperar la aurora, crees que con sus llegadas, se borraran de un soplo tus recientes pesadillas, y el terror nocturno que sobrevino al día, será disipado por las tempranas luces que nublarán el alba. Cada minuto que le entregas a la vana espera te será cobrado, cuando tu vida, la poca que te queda, se disuelva en el trasegar [fonético] del desengaño, pues no hay más pecado que esperar el regreso de los muertos o la justicia poética de los viejos cuando la suerte nos ha desterrado de su lado. Olvida ya esa extraña manía de aguardar silente en la mañana, es posible que mientras llega, tus ojos se nublen por resplandores que enceguecen y el monótono silencio se transforme en estridencias con la velocidad aterradora con que la duermevela engaña a quienes se desviven por el sueño. Puedes quedar absorto o imbécil, o acabar tu vida como inútil vigía, mientras los mercaderes de la miseria agigantan la usura y tu deuda crece y se hace impagable. No malgastes el tiempo, pues no te pertenece, pronto vendrán a cambiarlo por tu sangre, venderán tus miembros y tus pocas miserias, y el silencio de la ruina se convertirá en mañana". ^M00:37:46 ^M00:37:52 Bueno. ^M00:37:53 [ Pasando hojas de papel ] ^M00:38:00 OK. Este otro poema tiene como título "Farewell [fonético]". [Inaudible]. Farewell, ¿es mejor?, OK. >> Rei Berroa: Es por la grabación. >> Carlos Velásquez Torres: ¡Ah! OK. Bueno, "Farewell". "Ha llegado el momento que tanto ansiabas, empieza tu camino y aprovecha cada truco y cada giro del azar. Olvida lo que soñaste y conviértete, transforma tu carne en mercancía, no has de encontrar de mí reproche alguno, ni la sutileza de un suspiro quedo, ni el roce de una efímera mirada intercederá por tu pasado, ya lo has conseguido, acomoda tu marcha al gigantesco desfile de almas en pena, y acompasa tus latidos al largo y rutinario obstinato, ritmo cansino de los millones que ha convertido el orgullo en un pan rancio pero seguro. Mantén, sin embargo, la fluidez de tu verso, no hayas de mostrar la verdadera profundidad de tus palabras, pues el sueño se romperá y un raudal de miserias será tu castigo. Repite orgulloso sus salmos, sus cantos, sus himnos, marcha altivo y esconde el vacío que en tus ojos dejó el horizonte tras la despedida, vete pues sin miedo, y no sigas acaso mi recuerdo, ya vienen por ti y aun no has mudado ese ensueño nocivo que algún día se posó en tu mirada". ^M00:39:32 [ Aplausos ] ^M00:39:38 ^M00:39:47 >> Manuel Iris: Voy a leer dos breves poemas de amor. ^M00:39:50 ^M00:39:54 Hace también dos meses me convertí en papá. So, [aplausos], el primero va a ser de esa clase de amor, ¿no? ^M00:40:03 Testigo. >> Rei Berroa: Eso es maravilloso, la próxima vez, mamá. ^M00:40:07 [ Risas ] ^M00:40:11 >> Manuel Iris: Me la pones difícil Rei, [risas]. Haré lo que pueda. "Testigo. 'Está bailando tu hija', dice mi esposa, y se toca la barriga, desde hace cinco meses soy testigo de lo que sucede ahí, debajo de sus manos, mi esposa es una casa dentro de mi casa y yo estoy fuera de mi propio corazón. Seguro está contenta, dice, y yo sería capaz de renunciar a la poesía a cambio de tener dentro de mí a mi hija, de sentir esa danza que las une a todos los principios. Pero la opción no existe y hago lo que puedo, cocinar, solucionar antojos, escribir un poema en el que digo lo que veo desde este lado de la piel en que se encarna el misterio y testimonio con amorosa envidia que un milagro muchas veces repetido es un milagro, y nada menos". ^M00:41:11 ^M00:41:15 Y en el tema del amor y un poco de la infancia, este poema que se llama "Hacia una posible explicación del amor. Para Claudia Vélez. La niña que tú fuiste me saluda desde el fondo de tus 30 años, y el niño que yo fui le corresponde, emocionado. Amar es descuidarse y dejar que los niños que hemos sido salgan a jugar juntos y que luego regresen felices y sucios a mostrarnos hojas y piedras únicas. El niño que yo fui quiere salir al patio de la casa en la que fuiste niña, y jugar en la lluvia, contigo. A veces, mientras caminamos juntos, ellos también se toman de la mano". Gracias. ^M00:42:08 [ Aplausos ] ^M00:42:15 ^M00:42:20 >> Jorge Galán: Bueno, voy a leer un poema muy, muy antiguo pero que le tengo un cariño bastante especial. Se llama "Miniatura asombrosa". "Alguien puso semillas en mi mano, 30 árboles mañana, tanto bosque ciento de años más tarde, aves encontrarán el sur en esos árboles, y los lobos encontrarán cobijo, y las hormigas crecerán como un cuerpo entre las raíces ciegas y soñolientas. Y alguna vez una casa y otra casa, construirán esas maderas y el invierno bajará en sedimentos, y el otoño con su total hastío pondrá sus pies pesados sobre sus troncos gruesos y nos los vencerá. Nada hará que se quiebren. Y dentro de 100 años, 100 hombres, serán hombres felices amando sus mujeres bajo esos techos amplios, un perfume de voz que flotará todavía en los hijos que lleguen. El mundo será el mundo y la noche la noche, las lechuzas de entonces tendrán ojos más grandes y como harán gorriones, lo mismo que alacranes. Y el ratón será mínimo como un insecto extraño, su pálida pelambre lo volverá invisible de noviembre a febrero y no tendrá enemigo, ni el águila, ni el hombre, si acaso la serpiente. 30 árboles mañana, flores malvas y rojas creciendo en ese bosque, ayer, unas semillas que alguien puso en mi mano y que yo lancé al cielo". ^M00:43:45 ^M00:43:50 Y este que se llama "Race horse", que tiene un nombre en inglés, y bueno, no recuerdo porque lo puse así, pero -- así quedó, [risas]. También es un poema un poco -- de hace tiempo. "Y mira tú, muchacha, de quién viniste a enamorarte, a quién viniste a amar para toda la vida, a quién decidiste no olvidar: es un caballo de carreras, ese muchacho es un caballo de carreras y corre siempre junto a la barda colmada por espinos y sus músculos inflamados siempre a punto de reventarse. ¿Quién lo conduce? Sus estribos son ríos a los cuales muerde para intentar romper. Sus ojos ven un horizonte de fuego al que no puede dejar de dirigirse. Sus cascos son de un cristal incorruptible que aniquila a la piedra. Su crin es el viento azotado por el relámpago. Una tormenta tiene donde debió tener un breve corazón, una tormenta a la cual teme incluso el invierno mismo. Su imaginación es la misma que la de la montaña y la del grito que corta el silencio de la montaña desolada. No es de fiar. ¿Quién confiaría su alma a una tormenta? ¿Quién brindaría su piel al cuchillo de fuego o su voz al silencio de la flauta quebrada por el odio? Y mira tú, muchacha dulce, te abriste como un cofre lleno de perlas que parecían brotar de la luz misma y él ni siquiera pudo notarlo, él es un caballo de carreras y no le importa ni la ciudad ni el camino que lleva a la ciudad ni las joyas ni un cuello lleno de joyas ni un cofre lleno de joyas, solo le importa el bosque y el campo abierto y la playa interminable, pero sobre todo, la pista, esa pista de grama, arena y piedra. Y mira tú de quién viniste a enamorarte, a quién quisiste guardar en ti como un corazón nuevo, a quién quisiste abrazar hasta perder los brazos, a quién quisiste mirar hasta cerrar tanto los ojos, que no consigues ya observar la dicha. Mira tú, muchacha linda, a quién quisiste amar, a un obstinado caballo de carreras cuya pista es el mundo". ^M00:45:59 [ Aplausos ] ^M00:46:07 ^M00:46:18 >> Pedro Larrea Rubio: "Mordiste una granada y en tus dientes quedó la sangre presa para esculpir anillos sobre estas piedras suaves de mis hombros. Maceraste un limón entre tus labios para empapar mi piel con su pulpa de estrella y así apurar el jugo azul del poro. Hundiste tus encías en las ascuas de un gajo de naranja que en el panal de lenguas me incendió el paladar hasta el rescoldo. Y cuando abandonaba la viña incandescente de tu cuerpo se me quedó la carne enfrutecida". Y el último poema que voy a leer, también corto, me trae a mis días de la infancia en Madrid, yo he vivido toda mi época adulta, toda mi edad adulta en los Estados Unidos, pero recuerdo que vivía en Madrid, mi lugar de origen en una comunidad de vecinos, una corrala antigua, donde tenía unos vecinos fascinantes a quien echo de menos, pero que siempre van conmigo. Estaba Don Miguel, el manco, veterano de la guerra, ¿no?, que estuvo toda su vida pidiendo un trabajo al gobierno y jamás se lo dio, acabó escribiendo una novela, para sobrevivir, tampoco le dio de comer. También está Don Francisco de Quevedo, ¿no?, el cascarrabias, ¿no?, [risas], era el rico del edificio y se dedicaba a comparar las casas y los pisos de los poetas enemigos para dejarlos en la calle, como fue el caso del pobre Don Luis que se tuvo que ir a vivir al barrio de al lado, porque tenía una sobrina que le acogió. Pero de todos los vecinos, el que siempre me acompaña, el que habla cuando hablaba mi abuela, cuando hablaba mi madre, cuando hablaba no maldecía mis amigos, cuando todas las Españas se encontraban en Madrid y hablaban al mismo tiempo, y quiero dedicar este poema a ese vecino que nunca me abandona. Lo llamamos en Madrid, simplemente nos referimos a él como Lope, todo el mundo lo conocemos, ¿ah?, y más allá de las fronteras, a la gente le gusta llamarle, muy rimbombantemente, don Félix Lope de Vega y Carpio, [risas]. >> Rei Berroa: Fénix de los [inaudible]. >> Pedro Larrea Rubio: Fénix de los ingenios, monstruo de la naturaleza, [risas]. Este poema está basado en uno de Lope de las rimas humanas. "Me conozco mejor cuando me besas, cuando no sé pedirte que me dejes. Me besas y me salgo de los ejes, nos callamos y ya no quedan fresas. Me besas y no sabes que me besas hasta que yo te beso, no me dejes fuera de las estrellas que destejes. Están tus uñas rojas pero ilesas. Me conozco mejor cuando me muerdes en ese músculo del cuello. Sabes donde me gusta sin que lo recuerdes. No te despegues, no escupas, no acabes, que aún nuestras costillas están verdes y esto es amor por mucho que te laves". ^M00:49:09 [ Risas ] ^M00:49:11 [ Aplausos ] ^M00:49:17 ^M00:49:23 >> Milagros Terán: Bueno, ahora voy a leer de mi libro más reciente, que acaba de salir, pero antes quiero dar las gracias al profesor y poeta Rei Berroa, por este trabajo que hace cada año de amor, de tener este maratón de la poesía. La primera vez que participé fue hace 22 años y recuerdo que fue en este mismo salón, y que estaba embarazada de mi hija Victoria. O sea, que leí -- ¿Ah? [Inaudible]. Sí, porque hoy tengo aquí mis dos hijos varones, que vinieron, uno que vino de Nicaragua, por esta situación en la que estamos; y mi hijo que vive en Filadelfia, y la novia de Federico. ^M00:50:00 Así es que, voy a leer dos poemas de este libro más reciente que se llama "Lejos", que escribí cuando estaba viviendo en África y en Brasil. Bueno, este poema que voy a leer dedicado a los jóvenes centroamericanos. "Caracol. La odisea del náufrago que sueña cada noche con el camino a casa, y vuelve y la encuentra azotada y su cama ocupada, y sus hijos dispersos por el mundo. El joven que buscando futuro se sube a un tren y viaja al aire libre bajo el sol, con el sueño de una libertad prometida, sentado en el techo del vagón que va de frente y que no se detiene. Hoy soñé que era un caracol, y que andaba mi casa sobre la espalda, era grande mi concha, voluptuosa, la llevaba orgullosa sobre el lomo fuerte de molusco. Donde paro, la monto, la preparo, la limpio de vestigios de arena. Donde paro, me zambullo como pez al océano. Donde paro, la tiendo y me refugio". ^M00:51:22 ^M00:51:26 "La pérdida. La pérdida es un hoyo, un pedazo que falta, el hijo que está lejos, la hermana ausente, los amigos, el español. La pérdida es el tiempo abierto y enemigo, las fauces que me esperan, la desidia, el desgano, la flacidez de músculos en descanso. La pérdida es el incumplimiento de promesas, la carta no escrita, la lista de compras que aguarda en la mesa, la llamada pérdida. La pérdida es el sueño que se escapa, el miedo en la madrugada, el constante ladrido de los perros. La pérdida es la falta de un lenguaje que nos una, la flacidez que mata al gusano de seda". Gracias. ^M00:52:30 [ Aplausos ] ^M00:52:34 ^M00:52:36 >> Rei Berroa: Bueno, vamos a entrar ahora en un capítulo, diferente al capítulo en el cual hemos estado durante esta hora que acabamos de celebrar. Y lo que yo quisiera hacer en este momento es un poco de reflexión relacionada con la experiencia de la palabra. La experiencia de la palabra que nos hace sentir y que nos hace vibrar inevitablemente como seres humanos. Hace unos días en una entrevista estábamos conversando, un poeta colombiano y un poeta norteamericano, en una entrevista que hicimos en Manazas, y nos pusimos hablar sobre la experiencia que cada uno de nosotros tiene de la poesía como un hobby. Es decir, cada uno de nosotros inevitablemente sabe que sin la poesía, es decir, sin la capacidad de utilizar las palabras, atadas a un ritmo particular, pero sobre todo manifestando ese río de experiencias que cada uno de ustedes ha traído aquí; cada uno de nosotros sabe que sin esa inevitable posibilidad de humanidad, nosotros no estaríamos, nos sentiríamos como seres vacíos, porque además, ninguno de nosotros vive de la poesía. Y es ahí a donde yo quiero entrar, comenzar la discusión porque a mí lo que me interesa ahora es ver como todos ustedes, no solamente los poetas que están aquí, sino a todos aquellos ustedes que tienen la experiencia de leer, no de twittear, sino de leer específicamente, con esto hablan sobre la posibilidad de entenderse como seres frágiles, pero al mismo tiempo, todos nosotros con un deseo absoluto de tener los pies en la tierra y la cabeza realmente donde tiene que estar. Maya Angelou, la poeta extraordinaria, que fue invitada cuando Bill Clinton fue elegido presidente a leer un poema, la maravilla de tener ciertas personas que piensan en la necesidad de traer la poesía, y esa práctica la comenzó, como ustedes saben, J.F.K con Robert Frost. Maya Angelou en una entrevista en un programa indicaba que había recibido un tiempo en White Frost University [fonético], le ofrecieron un puesto de por vida para enseñar poesía. Y entonces ella bromeaba, porque decía "este es un regalo increíble, es decir, incluso si yo llegara a ser senil, todavía tendría la posibilidad de recibir un salario por mi factura como poeta". Y yo quiero comenzar por ahí. ¿En qué forma esa posibilidad que tiene Maya Angelou de recibir un puesto en White Frost University, de enseñar poesía de por vida es una celebración de la poesía? Y, al mismo tiempo, ¿de qué manera cada uno de nosotros busca de alguna forma celebrar la poesía, asegurándose de que no falta esa celebración en los momentos que le toca estar aquí en la tierra?, ¿de qué manera celebra esto la poesía? ¿Eh? Todo el que quiera decir --, cuidado, ¿no?, yo no quiero que ustedes crean que esta es una forma de obligarles a ustedes a canalizar lo que quieran decir a través de lo que yo digo. Esto es simplemente una forma de romper el hielo, OK? Decir, que si usted quiere venir y tocar este tema, pues muy bien, y sino a mí lo que me interesa es que todos nosotros vengamos aquí a decir algo extraordinario sobre la experiencia de la palabra. Fíjense que ustedes se han olvidado completamente de los teléfonos y de twittear durante este tiempo que han estado aquí, ¿por qué?, ¿a qué se debe eso? Esta es otra celebración de la poesía, ¿cómo celebramos?, ¿cómo celebran ustedes la experiencia poética? Todo el que quiera decir algo tiene que venir aquí, porque yo quiero que también eso esté en las grabaciones que se van a hacer, OK? Venga, la puerta está abierta. Sí, Modesto. >> Modesto: [Inaudible] palabra. >> Rei Berroa: Ven, ven para acá, para que -- >> Modesto: Sí, cuando escucho al maestro Rei Berroa hablando y -- me siento -- aumenta mi timidez. >> Rei Berroa: Entonces, no, [risas]. >> Modesto: Pero también cuando escucho esta pléyade de poetas, yo sabía que había dado un paso positivo al emigrar de Nueva York hasta acá, porque iba a sobrevivir al tiempo que nosotros estamos viviendo ahora. Esa sensación de estar escuchando algo no usual, es lo que me hace feliz. Y el escuchar experiencias de las vidas de muchos seres humanos, evidenciada con tanto encanto y con tanta originalidad, y gracia que había una mujer en el grupo, que resume las otras que faltaron. Este momento ha sido inédito, esa es la palabra, inédito. Yo creo cuando -- yo disfruto el momento previo a la poesía y la poesía en sí misma, cuando el poeta está hablando de lo que va a leer, yo percibo otra cosa, otro texto. Como me pasó hace un rato con Yanet que me hablaba del mundo negro con el que ella se encontró en un momento determinado, yo encuentro un mundo en cada uno de ustedes. ^M01:00:02 Y esa, en la intertextualidad, en la narrativa, porque también eso me fascina, ustedes -- este es un gran momento. Gracias. ^M01:00:16 [ Aplausos ] ^M01:00:21 ^M01:00:24 >> Buenas tardes, para mí la poesía es desahogo y es celebración de la experiencia humana hecha sentimientos, y poder profundizar en nuestros dolores y en nuestras alegrías, y en la universalidad que existe en ese sentir, ¿no?, en esa humanidad que todos tenemos dentro y que no todos tenemos el valor de poner en palabras y ante el mundo. Gracias. ^M01:01:01 [ Aplausos ] ^M01:01:05 >> Rei Berroa: Ya, no todos, no todos tenemos la capacidad de poder -- y esta es la cosa extraordinaria de la poesía, que la poesía transmite los sentimientos, que todos tenemos, pero que no todos somos capaces de hacer visual, o hacer audible a través del uso de las palabras. Sí, Manuel. ^M01:01:33 ^M01:01:41 >> Manuel Iris: Contra natura trataré de ser breve. Yo siempre hablo mucho, [risa]. A pesar de que, desde que nací soy breve. ^M01:01:49 [ Risas ] ^M01:01:54 Yo creo, espero no sonar proselitista, pero yo creo que la poesía es un derecho humano. Yo creo que la poesía es necesaria de verdad, como el aire y como el agua y como la comida. Y yo creo que la poesía, la expresión artística tanto hacerla como disfrutarla, son un derecho humano, porque sin eso uno no está desarrollando sus capacidades enteras como ser humano, hay una parte que nos falta cuando eso no está allí. Y yo creo que es responsabilidad de todo mundo, de todo mundo, de los maestros y de los padres y de los bibliotecarios y de los vecinos, y de los amigos, y de todo mundo, poner un poco de belleza en el mundo, agregarle algo a la poesía. Yo creo -- agregarle algo al mundo, yo creo que la poseía es un acto de justicia porque cuando el mundo es horrible, uno tiene que responder con belleza porque es lo único que podemos hacer; y cuando el mundo es bello, uno tiene que contestar con belleza, porque es bueno agradecer. No debe existir otra opción que contestar con belleza. Debemos siempre recurrir a la belleza contra el mundo, debemos siempre recurrir a la belleza a favor del mundo. Entonces, yo creo de verdad, que la poesía es un derecho humano y que ahora mismo, cuando estamos tan acostumbrados a que todo se individualiza, se individualiza el timbre del celular, se individualiza la foto de Facebook, se individualiza todo, y todo mundo quiere ser único, la poesía nos recuerda todo lo que tenemos en común, nos recuerda que no somos tan distintos y que ser distinto no es tan importante. Es importante saber que somos mucho de lo mismo. Es importante saber que el primero amor, es el primer amor desde primer homínido que amó. Es importante saber que el hambre es el hambre, que el odio es el odio y ahora mismo cuando se pone tanto énfasis en nuestras diferencias yo creo que es necesario que recordemos ese derecho humano, de estar unidos por lo que tenemos de igual, que es casi todo. La poesía se encarga de eso. Yo creo que la poesía se encarga, no hermanarnos sino de recordarnos que ya éramos hermanos desde antes. Creo entonces, y termino repitiendo mi primera frase, yo creo que la poesía es un derecho humano y que por lo tanto hay que defenderlo, ¿no?, en eso estamos. Gracias. [Inaudible]. Sí. ^M01:04:41 [ Aplausos ] ^M01:04:46 ^M01:04:55 >> Pedro Larrea Rubio: Es muy común que al poeta o al escritor le pregunten al final o al principio de una lectura qué es la poesía o qué es para ese autor la poesía. A mí con esa pregunta me pasa lo mismo que le ocurría a Leopoldo Alas Clarín con el matrimonio. Leopoldo Alas Clarín decía que la gente no debía casarse hasta el final de su vida, o sea, salida a la muerte. Dos parejas están juntas, viven una vida feliz de la vida 50 años juntos, ¡qué maravilloso!, vamos a casarnos y ya nos morimos juntos y nos vamos casados, [risas]. Es decir, es decir, no se puede firmar el contrato de la felicidad o hacer la profecía de la felicidad, sin saber lo que va a venir, y no hay que preocuparse por ello, [risas]. La poesía es un poco igual en el sentido de que el mundo -- bueno, estamos en la Biblioteca del Congreso, estamos rodeados de libros, hay millones y millones de libros. El encuentro íntimo de un lector con un libro no necesariamente es poesía, no necesariamente todos los libros de poesía o de poemas, mejor dicho, son poesía. Pero, ese encontronazo, porque es un topetazo como de la cabeza de un mulo, de un toro, ¿no?, esa chispa puede salir, y eso es poesía. También es muy común hablar de la poesía como algo muy elevado, ¿no?, y todas esas definiciones son necesarias. Antes ha comentado Manuel, es un derecho humano, es una inmanencia, de todos nosotros; pero también me gustaría recordar algunos casos de escritores y poetas fabulosos, tan fabulosos que son ya estereotipos, en los que se desmintió un poco esa grandiosidad o grandilocuencia de la poesía, porque la poesía es algo humano, ¿no?, y humano quiere decir cotidiano. Recuerdo en el caso de William Shakespeare, por ejemplo, recuerdo entrevisté hace un par de años a Harold Bloom, profesor de la Universidad de Yale, experto en Shakespeare, a parte de su idiosincrasia peculiar, pero un gran shakespeariano; y él decía "es curioso que cada vez que me encuentro un libro de Shakespeare, es casi sobre Shakespeare, ¿no?, un libro académico de algún experto, es inevitable leer páginas y páginas sobre la grandeza de Shakespeare, sobre todo lo que Shakespeare nos ha enseñado y cómo maneja el lenguaje. Y lo que prácticamente no se dan cuenta es que Shakespeare era -- no había estudiado en la universidad, ¿no?, algo raro para un autor letrado de la época y el padre de Shakespeare era guantero, era un fabricante de guantes". Eso significa que tenía un taller en el que por el cual pasaban -- y esto era rarísimo en la época - pasaban gente de todas las clases sociales, desde los aristócratas, hasta los poceros. Porque también había no sólo guantes de seda, sino también había guantes de esparto. Entonces, en esa época en las que las clases estaban tan separadas y los discursos, por tanto también eran paralelos, Shakespeare pudo escuchar perfectamente al aristócrata, ¿no?, noble de la Corte Isabelina como al panadero de Statford [fonético], y esa mezcla, esa mezcolanza de palabras, ese enfrentamiento con la realidad mezclada, es lo que creo que genera una cotidianidad que puede ser poesía. Antes hablaba de Lope de Vega, Lope de Vega sigue siendo tan moderno para nosotros, nos sigue sonando y es muy querido, ¿por qué?, mi abuela no sabía escribir y leer, pero mi abuela hablaba como Lope de Vega, a veces, no siempre claro, pero --, [risas], sino habríamos sido ricos en la familia, pero de vez en cuando, de cada diez frases que decía a lo mejor era un simple refrán que ni siquiera era de invención suya una asociación de palabras por su rapidez al hablar lo que sea que de repente, [inaudible] del lenguaje, esas palabras que están ahí, está todo ahí, la materia de la poesía está ahí, pero la poesía no sucede siempre, es el encuentro. Y a veces, esperemos en un poema escrito dentro de un libro de poesía. Eso es más o menos. ^M01:09:08 [ Aplausos ] ^M01:09:14 >> Plinio Chahín: Yo al igual que mi compatriota, soy tímido, pero al oír la palabra de mí amigo aquí. Y bueno, Harold Bloom decía que Shakespeare en realidad había inventado la vida, el libro de él se llama "La invención de lo humano". O sea, el poeta, partiendo de esa idea, el poeta para mí es el que crea nueva visiones, funda otra realidad, mundos nuevos, no descubre, la parte más oscura, más perversa del ser humano. ^M01:10:00 El poeta a través de la poesía, del lenguaje, como expresión fundamental, en realidad lo que hace es inventar una nueva vida. Y a propósito de eso, yo creo que definir la poesía es un imposible. Un imposible creíble, como decía [inaudible] porque en el momento en que se define la poesía, en el momento de definir la poesía, se disuelve en sí misma. Sucede que -- hay una frase famosa, una anécdota que está en la confesión de San Agustín, decía "si me preguntaran qué es el tiempo, no sabría qué decir, ahora si no me lo preguntan sé lo que es el tiempo". Yo creo que un poco pasa con la poesía eso, [risas], si no me preguntan lo que es la poesía, yo sé lo que es la poesía, ahora si me la preguntan -- >> Rei Berroa: Estoy perdido. >> Plinio Chaín: Estoy perdido. Entonces, yo creo que la poesía simplemente es, no significa como decía Archibald McLean, el poeta norteamericano. Por eso cuando tú hablabas, y recuerden que yo vengo del caribe, y los caribeños todos somos un poco esquizoides, fragmentados, [risas]. Sí, sí, anoté por eso, estas breves palabras, cuando tú hablabas de la poesía, como el oficio que uno puede vivir, nadie vive de la poesía, sería un milagro realmente. Claro a excepción de los escritores profesionales, y ahí se perdería todo riesgo cuando uno se convierte en profesional, se pierde todo riesgo, porque no hay aventura, el escritor debe ser siempre un aficionado, un hombre que aprende cuando escribe, siempre la experiencia es virgen, siempre. Y era la gran idea de Mallarmé, escribía un poema y lo que estaba era reescribiéndolo, volvía, quería por eso escribir el poema perfecto; es decir que la poesía, que el mundo, acabara en un libro. Bueno, si viviera en esta época, [risas], tuviera en crisis ese pensamiento, porque en realidad, la realidad -- el mundo no va a terminar en un libro, va a terminar en una computadora, en el internet. Ahora, ya lo importante no es el medio, sino que son los soportes, los diferentes soportes. Y en ese sentido, creo que la poesía es un milagro. A propósito, como uno no vive de la poesía, yo escribí aquí, "uno no vive de la poesía, uno vive para la poesía y por el poema". Uno de la poesía se sirve para inventar la poesía, que es la vida. Gracias. ^M01:13:27 [ Aplausos ] ^M01:13:31 ^M01:13:34 >> Carlos Velásquez Torres: Bueno, yo creo que esta discusión empezó ayer un poco en la -- allá en Teatro la Luna, ¿no?, ayer. Y yo quería decir que -- en mi experiencia personal, o sea, en la eterna verdad en la que vivo, porque es mi experiencia, o sea, el universo vive aquí en mí, nosotros compartimos muchas cosas, pero la verdad está en mí, ¡qué pena!, es la única verdad que conozco, ¿no? Pero más allá de esto que puede parecer un poco egocéntrico, de verdad es la única forma de que yo puedo traducir el mundo, es a través de mi propia experiencia, ¿no? Y si nos ponemos teológicos, de hecho, la única forma de trascender es a partir de mí. Y yo veo que la poesía es, es algo es que está, que me encontró a mí, tal vez algo que es una parte de la experiencia común que tenemos como seres humanos, tal vez, o espirituales, si se quiere, pero que comparte otra cosa con lo que señalaba Manuel que puede traducirse en belleza, o puede traducirse en algo transcendental y lo que hablaba Octavio Paz, ¿no?, que la diferencia entre poesía, poema y lo poético, la poesía la podemos vivir en el poema, pero en mi experiencia yo trato de vivir la poesía pero estoy también estoy es siempre en busca de lo poético, y lo poético lo puedo encontrar en lo cotidiano y en las otras artes, ¿no?, y de esa forma la poesía se convierte en una resonancia que abarca todas esas experiencias poéticas que yo puedo plasmar en el papel. Sin embargo, puedo también encontrar la poesía en el cine, en la música o en el refrán, incluso en un madrazo, en una mala palabra en el momento exacto en la calle, ¿no? Entonces, eso hace que resuene y ese momento en que la palabra o la experiencia queda resonando en una parte que está más allá de mí, de hecho, una parte que está tal vez en un registro akáshico, después yo llego y -- tengo la experiencia en la que puedo bajar ese conocimiento, tal vez, esa resonancia trascendental y ponerla en otro medio que sirve de resonador, además, para que la experiencia se transforme y nos sigamos alimentando como una forma de esperanza, ¿no? A pesar de que la poesía puede ser oscura, triste o alegre, lo poético puede ser doloroso, puede ser amargo, puede ser apocalíptico, pero la experiencia misma y el hecho de transcenderla, ponerla a resonar en otro medio y trasmitirla a los demás, es lo que hace que haya esperanza y que la vida continúe. Así la veo yo. ^M01:16:44 [ Aplausos ] ^M01:16:47 ^M01:16:52 >> Diolinda Ekonomo: Buenas tardes, mi nombre es Diolinda Ekonomo, y he disfrutado muchísimo este programa, este recital, me encanta la poesía y quiero agradecer de todo corazón al Teatro de la Luna por la oportunidad que nos da de reunirnos y gozar de programas como éste. Gracias. ^M01:17:14 [ Aplausos ] ^M01:17:19 ^M01:17:22 >> Bueno, entonces porque esto tiene estar en español, ustedes tendrán que sufrir, [risas]. Quiero decir que una novela es como un cuerpo, y la poesía, es como el alma. Que una novela es como cerveza; y la poesía es como whisky o licor. ^M01:17:52 [ Risas ] ^M01:17:55 [ Aplausos ] ^M01:17:58 >> Rei Berroa: Bueno, bien, como ustedes ven la posibilidad de que la experiencia poética se transforme también en una manera de entender el mundo, no solamente de manifestarlo de esta forma, hace que símiles relacionados con esas dos formas de escritura nos escancien y nos obliguen a reflexionar. Y por eso voy a terminar simplemente antes de pasar a una última ronda, porque no podemos de pasar de las 3:30 p.m. con algo que decía nuestro amigo César Vallejo, "hay quienes son poetas porque escriben versos, y hay quienes escriben versos porque son poetas". Vamos terminar ahora con una última ronda de un poema por poeta, en el tiempo que nos queda. Y después si veo que nos queda algunos minutos, pues, buscaré algún otro arreglillo para utilizar el tiempo de la mejor poética manera que podamos. ^M01:19:21 ^M01:19:26 >> Plinio Chahín: Voy a leer un poema, digo todos son de amor, pero este es más erótico, [risas]. Claro. "Pero tú ahí desnuda con tu desolación en otros líquidos, transfigurado el sexo y los labios sangrantes. Rabiosa lisonja o vacía sortija de otras sombras. Afilas la piel en ostras que se enseñan, otrora olor que la tome dijo, horror, miedo, bestia, dice, 'mordiste en mi dolor, la mueca, el odio'". ^M01:20:08 Gracias. ^M01:20:10 [ Aplausos ] ^M01:20:14 ^M01:20:20 >> Carlos Velásquez Torres: Bueno, nunca -- >> Rei Berroa: Te pillamos desprevenido. >> Carlos Velásquez Torres: No, no, es parte de mi personalidad, eso --, [risas]. Esto es completamente deliberado, [risas]. OK. Este último poema, ¿eh?, bueno, yo soy colombiano y escribí este poema que lleva como título "El país más triste del mundo", no sé de pronto alguien puede ponerle el título del país que quiera. "El país más triste del mundo. La ciudad nocturna rumorea y murgas de abandono recorren audaces la maraña de calles y avenidas plagadas de mujeres deliciosas que comparten sus caderas al sonoro retozar de los tambores, y hombres ebrios cansados, pero expertos en la rutina de compartir un lecho de tarde en tarde. La juerga vespertina devora con avidez al silencio, la fiesta, el jolgorio hacen más oscura la procesión de almas que sueñan acaso el sosiego, mudas como invasoras de tierras ignotas y hostiles Hubo cantos, olvidados ya, pero sé que los hubo que hacían noble el dolor y hermanaban al hombre con los pájaros, tiempos en que la madera viva reverdecía tranquila al sol de los venados. Danzas hubo que susurraban sonoras el galope de las listadas cebras en sabanas lejanas y candentes y cueros que trepidaban en el centro del bosque y la eternidad. La sangre de mil colores recuerda acaso que la sierpe fue la hermana y el lobo y el babuino, mientras la lengua se extravía y la mudez heredada por el plomo agota el sueño que olvidamos antes de la aurora. El país de las ciudades repite constante y pertinaz, las comandas de la prole, aristocracias de remedo que alientan la caterva y la alegría del sábado ha convertido en máscara festiva la mueca horrorosa de la muerte que vive a expensas de nuestra vida. Es el país más triste del mundo el que desvanece el llanto en noches alocadas, tan cobarde como el olvido de sus muertos". [Aplausos], muchas gracias. ^M01:22:57 [ Aplausos ] ^M01:22:59 ^M01:23:04 >> Manuel Iris: Bueno, yo leí ya poemas para mi esposa y mi hija, y uno de mi mamá, que voy a leer. [Inaudible], uno último -- no, para otras de las mujeres importantes en mi vida que es mi abuela. Mi abuela es quizá la persona que más me ha querido en la vida y de pronto un día -- >> Rei Berroa: Nosotros también [fonético]. >> Manuel Iris: Todavía me quiere más mi abuela, [risas], yo te quiero mucho. Hasta que un día mi abuela, le dio Alzheimer, y empezó a confundirme, empezó a confundir mi rostro con el rostro del hombre que la abandonó con cinco hijos. Y yo de pronto veía el rostro de mi abuela, que es el rostro que me ha visto con más amor, preguntándome "¿por qué me hiciste esto?", y me tocaba explicarle cada vez que nos veíamos que yo no era él, lo cual a mí me da la certidumbre, eso es una de mis obsesiones poéticas, es que todo es una repetición. Y en este caso, esta conversación repetida me servía para confirmar que incluso mi rostro no es mío por primera vez. El poema se llama "Ecos". "Mordida por su edad, mi abuela le habla al anterior que la vio por mis ojos, '¿No te dolió jamás dejarme así, con cinco niños? ¿No nos pensabas nunca?' Me siento culpable del silencio que mi rostro, antes de mí, guardó; pero le aclaro, 'amor, yo soy tu nieto, el primer hijo de tu hijo menor, soy el que vive lejos' Ya decía yo, me dice, 'que no tenía sentido que yo fuera una vieja y tú siguieras igual', [risas]. Me abraza con alivio, como si esa conversación entre nosotros acabara pero sucederá, como es costumbre, la siguiente vez que nos veamos". Gracias. ^M01:25:16 [ Aplausos ] ^M01:25:22 ^M01:25:27 >> Jorge Galán: Bien, este poema se llama "Romero". Yo lo escribí por un hombre de mi país, Monseñor Romero, que tuvo una muerte -- bueno, él es un hombre que se transformó y en 1980 mientras daba una misa, en el momento de bendecir, de la consagración, de hacer la consagración, pues, recibe un disparo en el corazón. Y claro es una muerte, es tremenda, ¿no?, y creo que ese momento es un antes y un después en la historia de mi país. Y escribí este poema que intenta un poco contar cómo fue ese momento. "Romero levanta sus brazos y toca con sus dedos dos eternidades, el tiempo de mi niñez y el de mi vejez se unen cuando los unen sus dedos. Las monjas cantan y no saben que es un canto de despedida. Los pañuelos que cubren sus cabellos son días de lluvia. Romero levanta la copia y la hostia y su voz es el mar, y su cuerpo, un acantilado donde se estrella el mar. Hay brisa y bullicio de gaviotas en la pequeña nave de la iglesia. Los cristales se iluminan con el fuego que llega desde fuera. Suena un disparo al mismo tiempo que todas las campanas del mundo, que las campanas de todas las iglesias de la tierra menos una. El disparo atraviesa el aire, veloz como un milagro. Las voces cesan y el silencio avanza cien pasos y los gritos repentinos son una estampida de toros que se estrella contra un muro de piedra, lo destruyen y escapan a los montes. Monseñor cae y nadie le escucha caer. Su túnica es blanca, su túnica blanca es una playa de verano, pero la luz ha sido manchada por los inmensos cuervos que graznan en el atardecer. Las monjas son olas que se juntan en la marisma. Sostienen su cabeza como si intentaran sostener el cielo con sus pequeñas manos, pero no es suficiente, no es suficiente. Nada resulta suficiente. La muerte se acerca y se inclina, en la puerta de la iglesia una sombra se aleja. Las campanas continúan su terrible lamento. En algún lugar bajo el sol los ciervos se inclinan a beber. Un hombre se persigna sin tener un motivo. Y Romero dice una última palabra, inaudible como el sonido de las pisadas del escorpión en el desierto. Su cabeza cae como una fruta. Un perfume de fuego y de ceniza desborda la ciudad. San Salvador se llena de algo sin saberlo. La sombra que avanza por las calles aplasta el perfume, pero no puede destruirlo. Las campanas continúan doblando. Metal sin ruido, un lamento, un grito que no haya su final y continúa temblando en el aire de marzo, desde ese día y cada día, en todo tiempo". Gracias. ^M01:28:12 [ Aplausos ] ^M01:28:19 ^M01:28:26 >> Pedro Larrea Rubio: Una pregunta de obsesión, sino de obsesión, de interés, creo que universal, es ¿quién soy yo? Quizás todos nos hayamos hecho esta pregunta, hay momentos, sí [fonético], [risas], ¿verdad? OK. >> El vasallo [fonético]. >> Pedro Larrea Rubio: El vasallo. Y es una pregunta que en mí sí ha sido una obsesión. Cuando intento explicarla en términos culturales, pienso que la base de mi cultura es doble. Por una parte, yo me crie entre una familia de ámbito mediterráneo y otra familia de ámbito atlántico. Es un ejemplo de dualidad, pero sobre todo, quizás los grandes contrastes de nosotros mismos, nos los da el tiempo y este poema está basado en esa reflexión. "Soy más viejo que mi cuerpo, como el cedro es más viejo que sus hojas actuales. Hiberno como el cedro, y despierto cuando la batuta de las horas golpea el atril del espacio. Por mí han pasado corcheas como por el cedro macillos de colibríes. Soy el que fui con la corteza de lo que seré sin estrenar. Soy más joven que mi espíritu. Mi casa es un cráter que creó una roca de otro mundo, antes del invierno nuclear y de la primera glaciación. No comprendo que ninguna pirámide sea más antigua que el más joven de mis olivos, ni entiendo la trompeta frigia y el arpa persa que a veces toco por intuición. ^M01:30:04 Me confunde ser testigo del nacimiento de una galaxia. Cómo puedo ser viejo cuando soy joven y joven cuando soy viejo. Cómo puede no existir una edad única que me dé sentido, que justifique mi presencia en el pasado y el presente y que imponga paz al bramido bélico del estar siendo y del ser estando. ¿Cuándo poseeré un rostro definitivo para todos los espejos? ¿Cuándo podré decir este soy yo sin equivocarme demasiado? Soy joven pero conozco los secretos de la cartografía. Soy viejo pero tengo agilidad para boxear contra mí mismo. Soy lo que falta antes de ser y lo que queda después de estar. A quién odiaré más que al palimpsesto de mi carne. A quién tendré por cómplice en el soborno de mi espíritu. A quién daré los labios de quien me habita sucesivamente en soledad". ^M01:31:04 [ Aplausos ] ^M01:31:09 >> Rei Berroa: Sí, sí, que ese tiempo [inaudible]. ^M01:31:12 >> Milagros Terán: OK. Perfecto. Bueno, voy a leer ahora de mi poemario que se llama "Sol lascivo", que lo escribí en África y que ganó un premio nacional en Nicaragua, el premio Mariana Sansón. Se llama "Estampas", son seis. "Seco el aire del tiempo no hay sudores gozosos solo la humedad de estas lágrimas que caen sobre la tierra fértil africana. Dos. Fértil el negro vientre de este continente, manos entrelazadas son un corro contra la tristeza. Tres. La soledad no existe la echan afuera desde el nacimiento. La docena de madres ahuyenta a la hiena del hambre. Cuatro. Caminan bajo el sol con sus túnicas blancas hasta encontrar la sombra del Masasa, cierran los ojos invocando a Papá Dios, suena el tambor, y el domingo se desenrolla como culebra sobre granito. Cinco. Soy un árbol, dijo la tarde, cuando el viejo inmóvil en mitad de la calle vociferaba contra los vehículos, los blancos y el tiempo. Seis. Los ojos volteados como canicas, bolas de vidrio oscuras y el aliento fétido a Chibuku. Una gran sonrisa muestra la desdentada boca, oso hormiguero de la noche entre latas que escupen fuego y pesadumbre". Gracias. ^M01:33:12 [ Aplausos ] ^M01:33:18 >> Rei Berroa: Y con esto exactamente a las 3:30 p.m., [risas], cerramos la primera etapa, este primer momento del 26 Maratón de Poesía del Teatro de la Luna. Gracias. >> Cualquiera diría que estaba preparado [fonético]. >> Rei Berroa: ¿Eh? >> Que cualquier diría que estaba preparado. >> Rei Berroa: Como si lo hubiésemos planificado. Gracias Georgette. Gracias Talia. Gracias Catalina, que estaba por aquí. Gracias a todos ustedes poetas, gracias por la palabra y la experiencia poética de esta tarde. ^M01:33:59 ^M01:34:40 >> This has been a presentation of the Library of Congress. Visit us at loc.gov